NOCHE
La luz esconde su rostro
detrás de la tiniebla espesa.
Apenas algún farol
agujerea el negro espacio.
El viento que vestido de silbidos,
arrastra hojas despistadas,
limpia las fachadas
de las calles yermas.
Las nieblas se dan cita
entre árboles serios
y divertidas engañan
a un temeroso peatón que camina
con sus bolsillos llenos... de manos vacías.
Esas pisadas que rompen un charco
que quiebran algo
que alertan a otros
son instrumento
que ofrece su ritmo mecánico y sedante
para el hombre que observo.
El ceño fruncido bajo la frente-calva
parece delatar un grave dolor
en su alma...
(Probablemente estropeó su corbata).
¡Pobre filósofo miope!
¡Qué triste y banal haces la noche!