PERDÓN POR SER ESCORPIO
Eres genial
pero no te gusta que yo sea escorpio.
Siempre lo sospeché:
que nací demasiado tarde...
o demasiado pronto.
Ahora lo comprendo todo mientras chasqueo la lengua.
A deshora estoy en todas partes. Nada me conforma. Porque soy escorpio.
A destiempo ejecuto gestos ininteligibles. Nadie me comprende. Porque soy escorpio.
A contrapie tropiezo. Nunca consigo el equilibrio. Porque soy escorpio.
...Y a tí no te gusta que yo sea escorpio.
El tiempo me tictaquea intentando ponerme al compás
pero mi corazón bombea como un loco, impaciente,
prisionero de su propia imaginación,
siempre a deshora, siempre a destiempo, siempre a contrapie.
Las cosas se me tuercen porque no estoy donde debiera.
Soy un fantasma prematuro, soy una sombra absurda.
¡Soy un escorpio!
Y a tí, naturalmente, no te gusta que yo sea escorpio.
Y lo dices como si te importara.
Por eso
y porque eres genial
y porque creo en la libertad de los cristianos
he decidido
-aunque pienso que no tienes razón... porque soy escorpio-
pedirte PERDÓN.
Perdón por ser escorpio.