sábado, 17 de abril de 2004

TUS OJOS

TUS OJOS

Tus ojos a veces no me miran.
Se clavan en el suelo.
Lanzan una flor por encima de mis hombros.
Acarician los muebles de la estancia.
Y no me miran.

Pero otras veces se mezclan con los míos
como dos ríos húmedos.
Y se reflejan.
Y se encuentran.
Y se sonríen.
Y hacen las preguntas dulces que tú no te atreves.

Entonces siento un reflejo incierto
y te sigo con la mirada hacia las cosas de la estancia.
Para multiplicar todos los colores.
Para  sentir
cómo dos miradas se multiplican.
Y cómo el mundo se llena de luz.