90 KILOS
Tengo en este planeta
noventa kilos de carne y hueso
que respiran
y palpitan
por tu nombre
y por tu carne y por tus huesos.
Tengo siempre a mano
noventa kilos de vida
y los llevo
siempre encima
por si quieres
cambiármelos
y utilizarlos.
Tú sabes que te los daría
sin hacer preguntas.
Yo se que en cualquier caso
saldría ganando.
Son noventa kilos que me atan a tu tierra.
Noventa kilos de pereza almacenados en tu espera.
Noventa kilos de emoción a la carrera.
Noventa kilos de cuerpo.
Y nosecuantos de alma.