sábado, 17 de abril de 2004

¡SALVE, CORAZÓN LEJANO!

¡SALVE, CORAZÓN LEJANO!

Que me duelen en el alma
los kilómetros y el aire
tan extraño.

Que me duelen la distancia
el espacio, el tiempo,
la velocidad y la masa.
La curvatura terrestre
que de tí me separan.

De papel soy en tus manos
y en tus labios, ahora,
como el eco de un vacío lejano.
De un dolor leve que fue y ya no es.
De una tonta queja que escribí enamorado,
en Madrid,
a dieciocho de febrero,
con mi mano.