sábado, 17 de abril de 2004

URGE DIFERIR

URGE DIFERIR

Que se lo piense bien.
¡Claro que si!
Que sopese, que compare, que depure.

Ella es
en su trono
la reina del “Si”,
la reina del “No”,
la reina del “ya iremos viendo”.
Que no abdique, ¡que reine!

Y tú, pobre juglar, ¡calla!
porque eres parte interesada
en el juicio de la reina
¡calla!
o canta por lo bajo letrillas intranscendentes.
Que nadie moleste
a la reina que medita
en su trono de oro.

Un día llegará en que se pronuncie la sentencia.
Y aún otro día podremos oir la sentencia definitiva.
Hasta entonces guardad silencio.

Hoy, la reina Emeguinda
así lo ha dispuesto
al dictar con gesto enérgico
aquel telegrama que rescatara Papini:
“Urge diferir”.